«NOSFERATU» (1922) CON BILBAO ORKESTRA SINFONIKOA
BILBAO ORKESTRA SINFONIKOA
Teatro Arriaga, Bilbao
MARCH 29, 2017
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“NOSFERATU”
(una sinfonía de horror)
film: Wilhelm Friedrich Murnau (1922)
música: José María Sánchez Verdú (2003)
Nacho de Paz, dirección
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LA PELÍCULA
La reciente restauración de “Nosferatu: una sinfonía de horror” (1922) realizada en 2006 nos devuelve, casi por completo, la obra maestra de Friedrich Wilhlem Murnau tal como cautivó a espectadores de todo el mundo en los primeros años de la década de los veinte del siglo pasado. Casi por completo, porque “Nosferatu” sufrió calamidades suficientes como para haberla hecho desaparecer por entero y para siempre. Luciano Berriatúa, máximo especialista en Murnau, es el artífice de esta restauración que incluye la corrección de colores según los tintados originales, la limpieza y corrección de tamaño de las imágenes, la recuperación de planos que se daban por perdidos y una nueva versión de los intertítulos.
La película “Nosferatu” es el resultado de una voluntad expresa de seguidores del ocultismo, cuyos símbolos aparecen prácticamente en todas las secuencias de la misma. Tras un azaroso proceso creativo, desde la idea inicial hasta un innovador rodaje en escenarios naturales, la obra también sufrió un proceso destructivo como consecuencia de una orden judicial de quemar los negativos y absolutamente todas las copias existentes. Una resolución sin precedentes en la que se unieron elementos tan dispares como los derechos de autor y el probable antagonismo entre el sector ocultista reunido en torno a la productora Prana y la Golden Dawn, secta a la que perteneció Bram Stoker, autor de la novela “Drácula” en la que se inspiró “Nosferatu”.
Nacho de Paz
LA MÚSICA
“Nosferatu”, obra encargo del Teatro de la Zarzuela y la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid fue escrita entre 2002 y 2003 y estrenada el 26 de abril de 2003 en el citado teatro por los también citados intérpretes bajo la dirección de José Ramón Encinar.
“[…] En mi partitura para orquesta y coro femenino no he renunciado en absoluto a un lenguaje musical propio. Tampoco he hecho uso de temas melódicos de formas prefijadas o de elementos estereotipados por una gran parte de la música de cine. Es mi propia sensibilidad musical aplicada a un filme y a su dramaturgia concreta, a su complejo desarrollo, reiteraciones, situaciones psicológicas, ritmo y cambios de secuencias. El aspecto plástico, la luz, las sombras – tan importantes en Nosferatu- , los colores, etc. han tenido también un papel de primer orden desde un punto de vista sinestésico. Los diferentes tramados, contraluces y contrastes han determinado solo bajo mi subjetiva percepción sensorial las alturas o notas más destacadas, las densidades, los distintos timbres y la orquestación misma.
Un ejemplo: para mí el negro de la noche no puede pasar más que por la altura absoluta del do y mínimas desviaciones microinterválicas; la luz del ocaso solo puede girar en torno a la nota sol en la cuerda con reminiscencias en rosas, ocres y blancos de las notas re o fa; el color del mar en calma, azul y claro, solo puede estar en el mi y sus varios matices.
Incluso algunos elementos se van consolidando durante el filme hasta convertirse en símbolos: la nota fa lIega a ser la obstinada manera de representar la muerte, la lIegada de la peste a Wisborg. Naturalmente todas estas implicaciones de las que no me podría escapar son muy distintas en la percepción de cada persona. Podría decir que he tratado de trazar imágenes sonoras para imágenes visuales en movimiento creadas por Murnau. sabiendo que él, a su vez, se inspiró y recreó en imágenes plásticas (estáticas) de obras de pintores románticos alemanes (Tischbein, Carus, Von Schwind o Friedrich muy especialmente). El proceso de trasladar aspectos de lo visual a lo sonoro es, sin embargo, uno de los pasos mas subjetivos que se pueden dar en el campo de la interrelación entre disciplinas artísticas.”
José M. Sánchez-Verdú
www.teatroarriaga.eus/